Gilera

Gilera es de las pocas firmas de motos italianas que empezaron fabricando motocicletas desde el primer momento de su fundación. Es más, su fundador, Giuseppe Gilera, ya trabajaba antes de fundar su propia empresa en talleres de motos, tanto en Bianchi como el Moto Reve e incluso diseño su primera moto con solo veintidós años.

Forma parte del Grupo Piaggio desde 1969 y es de las pocas firmas que no han desaparecido tras haber pasado a vivir bajo la batuta del ‘imperio’ italiano de la motocicleta. Giuseppe fundó su empresa en 1909, tras ayudar a un famoso abogado con los problemas de su Harley-Davidson, quien viendo la maña del joven italiano, le puso en contacto con una serie de inversores que hicieron que Gilera pudiera fabricar sus propias motos.

El salto hacia delante en cuanto a calidad e imagen vino tras la compra de los derechos del motor de cuatro cilindros Rondine, que supuso la base para sus motos de carreras durante casi cuatro décadas y además, basándose en ese motor, desarrolló una gama de motos de calle que partían de los 100 centímetros cúbicos y tenían como culmen, los 500 centímetros cúbicos. Terminada la Segunda Guerra Mundial, Gilera dominó en las pistas de carreras ganado seis campeonatos de 500 centímetros cúbicos en ocho años, pero tuvo que reducir la producción y reconducir sus productos y proyectos por culpa de la creciente popularidad de los nuevo automóviles que estaban haciendo furor entre la clase media de los 50. Incluso se llegó a un acuerdo con los fabricantes italianos para retirarse de la competición a finales de 1957, cuando terminara la temporada de ese mismo año, como medida de reducción de costes. Para poder volver a verles en las pistas de carreras hubo que esperar hasta 1992, pero no lograron su primera victoria hasta 2001, en la categoría de 125. Sumaron una más en 250 durante 2008.

Como les suele ocurrir a muchas fabricas italianas, tienen un pasado glorioso y un presente no tan atractivo, dedicada exclusivamente a las pequeñas cilindradas aunque tienen en su catalogo el scooter más potente del mercado, el Gilera GP800. Aunque es su haber también se pueden recordar motos como la Gilera Crono 125, una de las tres monturas en discordia durante la época de esplendor de las 125 ‘2 tiempos’, o la espectacular Gilera CX125, una moto realmente especial, con un monobrazo delantero, una carenado cerrado y muy aerodinámico y un motor de 125 centímetros cúbicos con más de 30 CV.