Años más tarde, las ruedas perdieron los tacos y la cilindrada creció; la moto seguía siendo naranja, aunque era más grande y el cross dio paso al supermotard, una especialidad que hacía que los fines de semana fueran únicos.
Cuando me dieron la oportunidad de probar la nueva KTM 690 Duke, por mi cerebro pronto pasaron una sucesión de buenas sensaciones al tiempo que me faltaban segundos para decir ¡¡Sí!!
Lo primero que llama poderosamente la atención es lo contenido de su tamaño, ¡es realmente compacta!, tanto que las proporciones son casi iguales a la Duke de 125!!
De camino al concesionario iba pensando en la cantidad de rutas y carreteras que iba a recorrer con la KTM 690 Duke para probarla a fondo; pero una vez me monté en ella, los planes se me esfumaron y con ellos todas las ideas preconcebidas. Sin duda se trata de una moto totalmente nueva, desde su cómodo y amplio asiento, hasta la altura del suelo o el tarado de las suspensiones.
Recorridos los primeros kilómetros por la ciudad me di cuenta de que esta KTM es una auténtica bestia, eso sí, perfectamente domesticada para su uso urbano. La posición de conducción es cómoda y entre el tráfico se comporta a la perfección, si bien es cierto que se nota su vibración, sobretodo a bajas velocidades. Si queréis que le ponga alguna pega, tal vez el acabado de algunos componentes como el depósito o las piñas de las luces es demasiado ‘plastico’, en el sentido literal de la palabra; aunque por otro lado, su completo cuadro de instrumentos, con indicador de marcha engranada y fácil lectura, o la suavidad general de su funcionamiento, dan buena cuenta del gran trabajo que hay detrás de la nueva 690 Duke.
De acuerdo que estás sentado sobre una moto monocilíndrica de 690 cc con ruedas de asfalto, la espalda erguida por la proximidad de su manillar y 150 kgs. de peso, pero aun así, no puedes pensar en una supermotard.
El equipo de frenos tiene una pegada increíble y creo que es uno de los puntos fuertes de esta Duke, ya que te permite detenerla con seguridad en una distancia realmente corta.
El motor es otra de sus grandes virtudes, lleno desde muy bajo régimen, empuja con fuerza y contundencia, haciendo que en más de una ocasión sientas cómo el neumático trasero tiende a dar más vueltas de las que realmente puede avanzar. Parte de culpa de tanta diversión con el gas la tiene el nuevo acelerador ‘ride by wire’ que equipa nuestra protagonista, y que transmite una sensación muy directa entre lo que pasa en tu muñeca derecha y el neumático trasero.
Para sintetizar todo lo que os he contado, os propongo un ejemplo práctico para esta KTM 690 Duke. Imaginaros que rodáis por vuestra carretera de montaña favorita y antes de llegar a esa curva cerrada que conocéis de sobra, justo en la trazada, os encontráis una familia de erizo común español cruzando por la carretera… Con la 690 Duke podréis reducir la velocidad al instante, con rapidez y energía gracias a sus frenos, esquivar a mamá erizo, papá erizo y todos sus pequeños gracias a un chasis que parece leer la mente, y ahora viene lo mejor, volver a acelerar con un par motor increíble, algo que sin duda alguna dibujará una sonrisa imborrable en tu cara durante el resto de viaje… ¡Ah! no sólo a tí, también a la familia erizo…
Lo cierto es la KTM 690 Duke es un juguete que te encantará por su agilidad, energía y potencia, manejabilidad, y sensación de seguridad que ofrece. Una naked para perderte por la ciudad… y por tus carreteras de curvas preferidas!!
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Enamorado de ella…