Radical Sportster by Radical Motorcycles, Manresa


Para personalizar una moto y hacer un buen trabajo no siempre es necesario reducir el chasis a chatarra y reconstruirlo. A veces, unos toques de estilo y la sustitución de algunos componentes son suficiente, si se hace con gusto.

(Texto: Patxi Mesa y fotos: Álvaro Cabezas Atienza) La ves y dices: “Sí, es una Sportster”. Pero échale un segundo vistazo y verás que tiene un par de ases escondidos en la manga.

A nivel de mecánica, el 883 ha recibido un tratamiento para que respire un poco mejor. A saber: filtro, carburador (S&S) y escapes trumpet, a entender de muchos, los tubos que mejor sonido dan a las Sporsty. Por cierto, en este caso para mejorar la estética, se ha eliminado el tubo de compensación que va de escape a escape. Lo demás –carburación, pistones, culatas, árboles de levas, etc.- es de serie, como la transmisión. No se trata de una moto grandes modificaciones, sino de detalles que le dan su personalidad de una forma coherente, sin caer en la acumulación de piezas de catálogo indiscriminada.

En Radical Motorcycles son especialistas en este tipo de preparaciones, sin estridencias, pero siempre efectivas, legales y prácticas. Dentro de esta línea austera hay que destacar detalles como las llantas DNA y el faro delantero de aluminio en 5 ¾, posiblemente lo que más llama la atención por encima de detalles como el depósito de gasolina de Quick Cam con tapón pop up, el guardabarros trasero modificado sobre la base de un Custom Chrome, o la goma posterior en medida 180. Las dimensiones de este neumático obligan a modificar la parte trasera del chasis y ensanchar el basculante trasero. Curiosamente se ha optado por una rueda delantera en 21” con la horquilla ancha. Con esto se rompe un poco la estética de las XL con rueda delantera en 19 o 18” tipo racing. Los reposapiés traseros y los mandos del piloto son Rizoma, especialistas en aluminio.

Volviendo al depósito de combustible –el de aceite es el de origen- es destacable el trabajo realizado para adaptarlo a este chasis, pues en origen está destinado a las Softail. Lo difícil no es adaptarlo, sino que parezca que la moto nació con él… Y combina estupendamente con el asiento monoplaza firmado por Daniel Besadio.

La pintura que decora la moto de Xavier es obra de Amalio, un viejo conocido que hace ya un tiempo saltó de los coches a las motos, como los buenos.

Puedes mirarla cuanto quieras pues, a pesar de no ser una transformación radical, no vas a ver un detalle feo o descuidado. Lo que se ha hecho está bien acabado y el conjunto resulta coherente y compacto, pensado para un confortable uso diario.

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