Probamos la nueva Triumph Tiger 1050

La esperada Tiger 1050

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La semana pasada recogíamos la esperada Tiger 1050 y he de confesar que dada mi poca experiencia con motos de este tipo, sentía curiosidad por ver qué tal va la renovada Triumph.

Antes de pasar a recogerla por las dependencias de Triumph en Madrid, me “empolle”a fondo su ficha técnica, quería tener una idea acerca del tipo de moto que me iba a encontrar: un motor de 115 CV a 9.400 rpm, chasis y basculante de aluminio, horquilla invertida de 43 mm, discos de 320 mm con anclaje radial, tenía mis dudas pero en la redacción no me habían dicho en la redacción que era una “moto polivalente”.

Con estas referencias en mente, las ganas por probarla eran enormes, además siempre he sentido mucho cariño por las marcas europeas, ya que me parece que a base de corazón y herencia de muchos años de experiencia, sumado a las últimas tecnologías, hacen que sean motos con un tacto distinto a las japonesas, para lo bueno y lo malo.

Primeras sensaciones con la Triumph Tiger 1050

Con la moto en parado la Tiger deja notar que es una máquina concebida para las nuevas generaciones, ya lo sé, no soy muy alto (1'70cm) así que llego un poco justo y la sensación que transmite en parado es la de ser una moto un poco pesada, imagino que será la posición del motor y la mía sobre la moto, al no tener apoyados los dos pies en el suelo.

Arrancamos y con la moto en marcha, nos acostumbramos sin ningún problema a su altura. Desde el primer momento se deja notar el empuje que da el motor en bajas revoluciones, aunque es a partir de las 6.500 rpm cuando nos empezamos a divertir de verdad.

La caja de cambios de mi unidad de prueba era un tanto ruidosa, imagino que una moto con tan pocos kilómetros necesita más tiempo de rodaje, ya que cuando la devolví, el sonido había bajado bastante, aun así, se nota que es un cambio duro al que no le van las medias tintas y es que estos ingleses son hombres duros.

La Tiger 1050 en ciudad

Circulando con ella por ciudad deja bien claro que la nueva Tiger es una moto que llama la atención, sé que soy un “tipo atractivo”, pero cuando circulo con mi scooter habitual, no recibo tantas miradas por parte del resto de conductores en los semáforos, así que imagino que la bella inglesa tendrá algo que ver, se nota una moto voluminosa, que la ves venir.

Rodando entre coches su motor es una maravilla, te saca de cualquier imprevisto con una leve insinuación al gas; el único inconveniente que he encontrado circulando por ciudad es que sus espejos quedan a la altura justa de los retrovisores de los todoterrenos y furgonetas, así que tienes que andar con cuidado de no llevarte alguno mientras circulas.

Fuera de la ciudad y circulando por vías de circunvalación es cuando de verdad empiezas a sentir el poderío de su motor. La protección de su cúpula y carenado es suficiente, las manos quedan un tanto desprotegidas al llevar los manillares tan altos, pero es un verdadero placer jugar con su motor, cualquier toque de gas es sinónimo de salir hacia delante; es manejable, no tengo referencias de la versión anterior con rueda de 19', pero en la nueva Tiger con ruedas de 17' el tacto es habitual, además con el manillar alto esperaba con ansias la llegada del domingo, para poder “presumir” de moto a lo largo de mis carreteras de curvas favoritas.

Probando la Triumph Tiger 1050 en curvas

El domingo llegó y antes de salir tenía dudas si vestirme de cuero o ponerme la cordura. La verdad es que la filosofía de esta moto está clara "polivalencia", si te apetece ir tranquilo de ruta con tus amigos, se adaptará sin problemas, pero si quieres un poco más de guerra y demostrar tus cualidades en el pilotaje también te acompañará en tu viaje sin dejarte mal. Al final me decidí por el mono de cuero porque para un fin de semana que tenia la moto, quería disfrutarla.

En los tramos de enlace hasta la sierra, rodando por la carretera de los pantanos de Madrid, mantiene unos cruceros más que respetables, sin cansancio, no vibra -aunque por ciudad noté un pequeño cosquilleo sobre las 3.000rpm, que al pasar esas revoluciones desaparecía- y en curvas de 2ª y 3ª velocidad, su motor realmente empuja fuerte. Con la Tiger disfrutas de un control excelente de la rueda delantera y de la trasera ancha de 180, a veces te olvidas que esta ahí, la pobre acepta sin problemas las aceleraciones de su motor.

La moto es estable y rígida cuando lo necesitas, los frenos responden bien; sólo encontré un pequeño problema -algo en consonancia con mi altura y mis manos, también pequeñas- y es la posición de la maneta, podría ser un poco más cercana al puño, aunque podía apretar con fuerza me hubiera gustado poder acercarla más. Sobre su resistencia y fatiga he de decir que no tuve problema alguno, de San Martín de Valdeiglesias a la Cruz Verde, la carretera tiene curvas muy cerradas y en paella -que necesitas una total precisión de lo que está haciendo la rueda delantera- sabía que con el manillar alto, eso no sería problema, pero quería saber cómo respondería la horquilla y los frenos después de subir el ritmo unos kilómetros.

Así que aumentando el ritmo todo se mantuvo en su sitio, perfecto, los frenos conservan su tacto y el conjunto general de la moto, sólo hace que dentro del casco te salga una sonrisa y te concentres en disfrutar de la nueva Triumph.

De regreso con un ritmo más relajado, decidí volver por la ruta de los pueblos, evitando autopistas y eligiendo carreteras nacionales. En adelantamientos nos transmite una gran seguridad, sabes que no te dejará mal, aunque sí hay que tener y no despistarte cuando circulas en 4ª,5ª y 6ª y la dejas caer mucho de vueltas, su motor no responde bien a las cargas a tope cuando va baja de revoluciones, prefiere rodar más alto de vueltas.

¿La Tiger 1050 con pasajeros?

Una vez en Madrid me queda la prueba más dura, encontrar un voluntario que se suba a la parte de atrás de la Tiger y me muestre su impresiones. Me gusta que se suba gente que circula habitualmente de pasajero y conocer las diferencias en posición de asiento, mullido, colocación de estriberas. Como no conocía a nadie con este tipo de motos o similares, parado en un semáforo, me encontré con una pareja muy amable con una moto parecida, les expliqué mi problema y encantados de ayudarme se prestaron a contribuir a la prueba. Es más, me comentaron que su hermano tenía el modelo anterior, fue quien me informo sobre lo de la llanta de 19', problemas del anterior modelo, etc..

Tras el exámen "de culo" -como textualmente dijo Rosa, sufrida pasajera de Miguel con más de 200.000 Km. desde que se casaron- su veredicto fue el siguiente: el mullido un poco justo y durito, las estriberas perfectas, también me comentó que la posición en esta moto depende mucho del piloto.

Tenía razón, el pasajero va más arriba que el piloto, si el piloto es de la misma altura que la pasajera queda un poco desprovista de protección, si el piloto es más alto todo perfecto. Rosa se mostró encantada con las asas para agarrarse, dice que cuando no hacemos caso a los golpecitos en el casco para aflojar el ritmo, lo mejor es dejarnos tranquilos y tener unas buenas asas para agarrarse..

Galería de Triumph Tiger 1050

  1. genaro dice:

    Se nota que el nuevo modelo de la Tiger es espectacular, pero dejo de ser una moto polivalente como el modelo anterior, hoy no es una moto para caminos de tierra, es solo para asfalto, una pena.

  2. wilmer dice:

    tengo un triumph es lo mejor ninguna moto como yamaha r1 ni honda cbr 1000 rr tienen la potencia y estavilidad de esta

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