Probamos la Harley-Davidson XR1200 2008

[tab name='Un mundo particular']

Víctor Guerrero- Ir con una Harley es otro rollo. Hasta la fecha, circular con una significaba hacer ruido, disfrutar de un agradable y tranquilo paseo, y como no, vivir el buen rollito que se respira en la centenaria marca de Milwaukee. Por suerte, esto sigue siendo así, y que dure, pero siempre se puede experimentar, abrir nuevos horizontes y seguir caminos inexplorados en modelos de calle, en este caso, el de la deportividad.
Ante semejante reto, los americanos han recuperado parte de su historia y le han rendido un precioso homenaje a la legendaria XR750, una moto sin rival en el campeonato de flat track americano en los años 70 cuyo espíritu recupera con gran acierto esta nueva Harley XR1200.

Para ello, se ha creado una moto con todos los avances tecnológicos actuales, más propios de una deportiva que de una custom americana, pero siempre respetando toda la personalidad de una marca como Harley-Davidson.
Tal ha sido el acierto de crear una Sporster bastante más deportiva que enamore al público europeo, que el mercado americano ya ha empezado a pedirla, y con él otros tantos han hecho lo propio, lo que me hace pensar: ¿Estamos ante el primer éxito de Harley del siglo XXI? ¿Será el primer clásico de nuestro tiempo? Veremos que pasa.

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[tab name='¿Más de lo mismo? ']

Cuando la miras bien, la nueva XR1200 hace que te preguntes, ¿con qué se la puede comparar? Es una Harley tan original y distinta que poco tiene que ver con las otras Sporster y menos todavía con el resto de familias, y evidentemente, buscar un modelo parecido en el mercado fuera de la marca americana es una tarea complicada.
Si repasamos con esmero todo lo que distingue a una Harley del resto, vemos como se ha mantenido y respetado la personalidad de la casa, a destacar el depósito en forma de lágrima que no puede faltar; el ancho y tan característico manillar; el motor bicilíndrico en V a 45º, refrigerado por aire y no precisamente pequeño; la transmisión por correa dentada; el doble amortiguador trasero; y pequeños detalles que la convierten en una moto pensada para hombres, como el tamaño de las manetas de freno y embrague.
Hasta aquí es una Harley normal, nada ha cambiado. Sin embargo, todo lo demás ha dado un giro radical en busca de un carácter más deportivo aunque tampoco muy racing, es decir, permite conducir alegremente siempre que vigiles en las curvas de derechas, esas en las que rascarás el tubo de escape sin necesidad de ir a lo loco. Si este punto no te convence, pues se lo cambias y problema resuelto, lo que sería una pena porque los originales le sientan de maravilla.

Ahora sí, veamos todas esas novedades que hacen de la nueva XR una Harley única y diferente, esto es: nuevos neumáticos Dunlop Qualifier de medidas claramente deportivas (120/70 18" y 180/55 17"); horquillas invertidas Showa de 43mm; basculante de aluminio más ligero; pinzas de freno delanteras Nissin de cuatro pistones que muerden con fuerza dos discos de 292mm; gran disco trasero de 260mm con pinza Nissin de un pistón; nueva posición de los estribos, ahora semiretrasados y elevados para una conducción más agresiva y deportiva; y el gran cambio, ese que no se ve pero que influye muchísimo en el resultado final, el motor Evolution convenientemente modificado y aligerado, ahora con 90 caballos de potencia y un par, como siempre, excepcional gracias a sus 1.200cc de cilindrada.
En cuanto a los detalles, toda Harley que se precie no deja de ser curiosa en este sentido. Por ejemplo, que necesites darle a un botón escondido en la parte trasera del tacómetro para consultar el kilometraje parcial o total. Igualmente curioso es que no se pueda bloquear el manillar desde el mismo clausor y tengas que introducir la llave en la ranura situada justo encima, lo que te hace perder unos segundos cada vez que subas o bajes de la moto.

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[tab name='Agradable sorpresa']

Seguramente la marca de Milwaukee nunca se ha caracterizado por hacer motos urbanas, que se muevan con agilidad entre los coches y con soluciones de todo tipo para hacerte la vida más sencilla. De todas maneras, sin ser su punto fuerte, la XR1200 no es una mala compañera en tu movilidad diaria, puedes usarla perfectamente siempre que no te importe, claro, ser el centro de atención en casi todos los semáforos. Es más, no es nada descabellado afirmar que estamos ante una de las Harley más urbanas de todos los tiempos, y ello gracias a su condición de moto diseñada para clientes europeos, los mismos que tienen muchísimas más posibilidades de verse en un atasco que uno americano.

De entrada, es una Harley tirando a pequeña y poco aparatosa, con una distancia entre ejes no excesivamente larga (1515mm), altita de asiento por ser una custom, y que gracias a su buena distancia libre al suelo te será realmente complicado rascar los bajos en inclinadas urbanas, lo que no es tan difícil en muchas otras HD. También vibra menos que muchas de sus compañeras y al calentarse desprende calor, que te llegará con facilidad porque el motor queda descubierto y muy cerquita de las piernas, aunque ahora en invierno se sobrelleva sin problemas.
En cuanto a la respuesta del motor, decir que empuja con fuerza desde el régimen mínimo y con menos de medio gas tendrás de sobras. El problema es que no dura mucho y si necesitas más te tocará subir marcha o bajar los codos y esforzarte si quieres llegar al tope, ya que el recorrido del gas es realmente largo. Cuando lo hagas, disfrutarás como un niño con el tirón final que da, entre las 6.000-7.000rpm.

En el uso diario, y más en ciudad, no le iría mal un ángulo de giro mayor y una pata de cabra que no requiera tanta concentración al aparcar la moto, de hecho mejor acompañarla con la punta del pie porque si lo haces con el talón no llegarás y al apartar la pierna volverá, y si te despistas la moto podría caer.
Además, como buena Harley, el cambio es duro, emite un sonido metálico muy auténtico y está situado en una posición algo alejada del estribo. Por otro lado, los retrovisores cumplen aunque te obliguen a recoger el codo en más de una ocasión, y ergonómicamente es original, no es ni una deportiva clásica ni una custom, simplemente está bien resuelta y no carga en exceso ninguna parte del cuerpo.

Todos estos detalles no suponen un problema real, y más al lado de todas las ventajas que ofrece la nueva XR1200 en la urbe, impensables hasta la fecha en una Harley de verdad. Pues bien, esta Sporster se mueva de un lado a otro con agilidad y se nota mucho más ligera de lo que es en realidad (250Kg). Entre coches, al ser una moto baja y estrecha no da muchos problemas, se mete en casi todos los huecos y lo único que te frenará es el manillar, ancho y con la típica forma de una custom.
Pero si algo te engancha en la ciudad es el sonido, una auténtica delicia, discreto a ralentí y todo un placer a partir de las 4mil. Es un sonido nuevo, completamente distinto a otros modelos de la marca, y realza su deportividad.

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[tab name='De paseo, o no']

Nunca antes podíamos disponer de una Harley como ésta, todo en ella es distinto y te das cuenta con sólo tocar la carretera. En este terreno, con espacio donde estirar las marchas a "placer", destaca la mala leche a alto régimen con el gas a tope, aunque se acabe pronto. Peculiaridad nada problemática porque gracias a su cilindrada el motor te ofrece fuerza y par de sobras al subir marcha, facilitando la conducción en los viajes o salidas.
En línea recta durante un buen trecho, el asiento se vuelve algo duro porque viene poco relleno, pero si viajas a dúo será tu acompañante quien se lleve la peor parte porque su plaza, pequeña e inclinada hacia atrás, carece de apoyo, así que vigila con el gas no vaya a ser que te dejes la compañía por el camino.
Con el paso de los kilómetros, también me di cuenta de que los numeritos son pequeños y según la velocidad que lleves, no es fácil verlos de un vistazo. El tacómetro todo lo contrario, es grande y muy vistoso, y es donde los ojos tenderán a irse.
El hecho de que carezca de protección aerodinámica no es un problema porque no es una moto que te pida velocidades ilegales, simplemente ir tirando y disfrutar del paisaje.

Toda la calma que sentirás en línea recta se acaba cuando lleguen tus carreteras favoritas, y si hay algo realmente novedoso en esta XR1200 es que permite un paso por curva más rápido que el resto de modelos Harley. Tampoco es una moto radical, ni quiere serlo, pero permite jugar con ella. Sin embargo, se me hizo raro mover el cuerpo de un lado gracias a sus estribos deportivos y cogido de un manillar custom. Es una experiencia curiosa y divertida, eso seguro. Por otro lado, me encantó el feeling que da una llanta de 18" en el tren delantero, da un aplomo increíble y no se mueve para nada. Lo único que requiere cautela es el escape en las curvas de derecha, así que si quieres lucirte, mejor hazlo en las de izquierdas o cambia el escape.
En curvas, los duros frenos se comportan bien, y tan pronto hagas una frenada fuerte lo verás, lo que tiene su mérito porque frenar con energía los 250kg en seco de la XR no es tarea sencilla.

Una Harley-Davidson bonita, original, divertida, que vale 11.200€ más todo lo que quieras gastarte en personalizarla, práctica bastante extendida en la clientela de la marca. Los colores son el Vivid Black, el Mirage Orange Pearl y el Pewter Denim, vamos, que está disponible en negro, naranja y plateado.

Y si la quieres ver en acción y escucharla, tienes a tu disposición un vídeo de la moto en DailyMotos.tv.

Una prueba de Víctor Guerrero

Fotos de Josep Verdú/ DailyMotos.com

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[tab name='Fotos']

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